viernes, 12 de febrero de 2016

Los dos cimientos


Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le comparare a un hombre prudente. que edifico su casa sobre la roca. Descendió la lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayo, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le comparare a un hombre insensato, que edifico su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron los ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayo, y fue grande su ruina. Y cuando termino Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. (Mateo 7:24-29)

Nuestra firmeza en Cristo depende de cuan obedientes seamos, si ponemos en practica su palabra o no, o si somos oidores y no hacedores de la misma. Esto dependerá de nuestro fundamento, de cuan arraigados estemos en la roca que es Cristo. Hacer la voluntad  de Dios y poner sus enseñanzas por obra nos hará ser un cristiano fuerte, activo y seguro, preparado para lo mas recio de la batalla, confiando y creyendo en la victoria. Edificar nuestras vidas sobre la roca nos hará ser mas que vencedores, de manera que cuando lleguen los problemas, preocupaciones, aflicciones y adversidades estemos firmemente plantados en Cristo con la capacidad de resistir las circunstancia y al mismo tiempo experimentar la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento.

Una casa con cimientos sólidos es capaz de mantenerse en pie aun cuando hay temblores, fuertes vientos y corrientes de agua, sin que esta se caiga porque esta construida sobre cimientos a base de concreto. Esta analogía parecida a nuestra vida nos permite entender claramente la importancia de edificar sobre la roca (Practicar la palabra) y no sobre la arena. Entendiendo esto estaremos preparado para atravesar cualquier tempestad, estar tranquilos y relajados.

Una casa sin cimientos tiende a ser débil, vulnerable a que sea quebrantada por el mas mínimo temblor, corrientes de agua o vientos extremos. La consecuencia de la misma sera su destrucción, como aquel hombre cuya casa edifico en la arena y al llegar la lluvia, los ríos y los vientos fue arrastrada y destruida. Este tipo de personas oyen, leen e incluso estudian la palabra, pero no la ponen por obra. Tienden a ser cristianos débiles, pasivos e inseguros, se desesperan en los problemas, no oran, no consultan a Dios porque no lo tienen como cimiento de sus vida. 

Vivir desarraigado de Cristo es vivir sin esperanza, es como ahogarte en el mar ignorando que tienes un salvavidas, es vivir desorientado con temor y debilidad.

¿Cual de los dos hombres quieres ser?
  • El prudente o el insensato. 

¿Con cual de los dos te identificaste?
  • El que edifica sobre la roca o sobre la arena.

¿Que harás a partir de ahora?
  • Oír la palabra y practicarla o seguir siendo el típico oidor olvidadizo. 
Yo, voy a optar por ser el prudente, pues voy a edificar sobre la roca para ser oidor-hacedor de la palabra para estar preparado ante cualquier circunstancia que se presente.


DIOS TE BENDIGA

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2 comentarios:

Unknown dijo...

Amen hay que optar por ser él hombre prudente y cimentarnos en la roca que es Cristo :)

Unknown dijo...

Excelente reflexión. DTB

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